
Conocemos a Gonzalo Guerrero, el padre del mestizaje, gracias a Jesús Callejo, escritor, divulgador e investigador en la historia insólita, las tradiciones y las leyendas. También es director del programa La Escóbula de la Brújula.
Orígenes de Gonzalo Guerrero
Hay personajes históricos que, con sus ideas, descubrimientos o actitudes, dejan huella y cuya historia merece ser contada a las generaciones venideras, porque acumulan méritos suficientes para que se escriba una novela, se haga una película o las dos cosas juntas.
La vida de Gonzalo Guerrero, el padre del mestizaje, es una de ellas. Se sabe poco sobre la vida de este soldado antes del naufragio en las costas americanas.
Bernal Díaz del Castillo dice que Guerrero, nacido en torno de 1470, “era hombre de mar, natural de Palos”, el famoso puerto de Huelva de donde zarparon las tres carabelas de Cristóbal Colón.

El padre del mestizaje, fue uno de los 8 supervivientes, que consiguen llegar con vida a las costas del Yucatán
Era un marino y arcabucero a quien el destino le tenía reservado una singular misión.
Corría el año 1511 cuando su barco naufragó en las costas de Jamaica. Se salvan 20 personas y para sobrevivir están obligados a beber sus propios orines y comer la carne de los que van falleciendo.
Al final, son ocho los que llegan famélicos a las costas del Yucatán en un pequeño batel o más bien barquichuela que hacía aguas por todos lados.
Si la situación de la que venían era mala, con lo que se iban a encontrar era aún peor.
El primer encontronazo lo tienen con los indios Cocomes que les venía pintiparado el nombrecito: Se comieron a cuatro de ellos.
A los otros les metieron en jaulas para un mejor momento y ese momento llegó, más bien para escapar de esta tribu belicosa y antropófaga.
Y la buena suerte no estaba con ellos. Son capturados por otra tribu que no les comen, pero les someten a tantos trabajos penosos, como cavar los maizales de sol a sol, que dos de ellos mueren por inanición.
De prisionero a Nacom (Jefe de guerreros)
Solo Gonzalo Guerrero y el fraile Jerónimo de Aguilar logran sobrevivir, más exhaustos que vivos. En lo que actualmente es el estado de Quintana Roo, vive el cacique maya Taxmar que, al enterarse que sólo quedan dos extranjeros vivos, decide no ejecutarlos sino dedicarlos a otros menesteres por ver si se les puede sacar provecho.
Les encuentran el oficio adecuado: consejeros de guerra, ya que Taxmar se ha dado cuenta de que son muy hábiles en los enfrentamientos bélicos tenidos con tribus enemigas, como los Cocomes.
Salvó la vida al cacique Balam, por lo que se le concedió la libertad
Pasa el tiempo y Gonzalo va de mano en mano, de dueño en dueño, hasta llegar a Balam, un jefe de clan que pronto empieza a cogerle aprecio, sobre todo a raíz del incidente del caimán.
Resulta que este reptil atacó por sorpresa a Balam y Gonzalo, en lugar de aprovechar la ocasión para escapar, ayudó a su amo, algo que éste agradeció sobremanera hasta el punto de dejarle libre.
A esas alturas ya había aprendido palabras y expresiones mayas para poder entenderse y sentir cada vez más simpatía por los mayas yucatecos.
Gonzalo Guerrero se tatuó el rostro y el cuerpo y se practicó mutilaciones rituales como era la costumbre maya
Obtenida la libertad decide quedarse con ellos, ganar méritos, escalar puestos sociales y hacerse los tatuajes necesarios en el rostro y en el cuerpo, así como las mutilaciones rituales en las orejas y en el labio, en una ceremonia de iniciación.
Incluso se enamora de una mujer de la tribu. Puestos a elegir, de una princesa. Se llama Zazil Há y es la hija del jefe Na Chan Can, con fama de hombre sabio.
Mientras, día a día va se va ganando la confianza de su nueva familia, participa en batallas saliendo siempre victorioso y asciende al puesto de nacom, un jefe de guerreros.
Su integración con la vida maya es cada vez mayor.
Un maya más
Jerónimo de Aguilar sigue prisionero en otra zona geográfica, y no tenía el mismo concepto de los nativos. Cuando vio una oportunidad de irse de allí, gracias a la negociación que estaba haciendo Hernán Cortes con los caciques a cambio de unas baratijas, no la desaprovechó. Gonzalo no quiso acompañarlo.
Decidió quedarse allí motu proprio. Guerrero le respondió con estas palabras, que han quedado grabadas en la historia gracias a Bernal Díaz del Castillo, quien las relata en su Historia verdadera de la conquista de Nueva España:
“Hermano Aguilar, yo soy casado y tengo tres hijos, y tiénenme por cacique y capitán cuando hay guerras.
Id vos con Dios, que yo tengo labrada la cara y horadadas las orejas. ¿Qué dirán de mí cuando me vean esos españoles ir de esta manera?
Y ya veis estos mis hijicos cuán bonicos son. Por vida vuestra, que me deis desas cuentas verdes que traéis para ellos, y diré que mis hermanos me las envían de mi tierra».
Y ansimismo la india, mujer del Gonzalo habló al Aguilar en su lengua, muy enojada, y le dijo: «Mirá con qué viene este esclavo a llamar a mi marido; íos vos y no curéis de más pláticas».
Y el Aguilar tornó a hablar al Gonzalo, que mirase que era cristiano, que por una india no se perdiese el ánima; y si por mujer e hijos lo hacía, que la llevase consigo, si no los quería dejar. Y por más que le dijo y amonestó, no quiso venir”.
Guerrero se negó a volver con los españoles
Este episodio podría significar que Zazil Há entendía perfectamente el español y que mantenía una jerarquía igualitaria con su esposo, algo que no era nada común en esos tiempos en Europa.
Gonzalo había creado una familia integrada dentro de las costumbres mayas y él se sentía un maya más. Tan integrada que su primogénita, Ixmo, fue sacrificada en la pirámide de Chichén Itzá para acabar con una plaga de langostas que asolaba la región.
Aguilar llegó entonces a isla de Cozumel y allí contó a Hernán Cortés todas sus aventuras y experiencias, así como la decisión que había tomado Gonzalo Guerrero.
Llega el año 1519 y Cortés decide conquistar esas tierras habitadas sobre todo por aztecas y que empiezan a llamar Nueva España. Con la ayuda inestimable de 600 soldados, caballos, armas de fuego y a Jerónimo de Aguilar le lleva como traductor.
El pueblo maya toma de nuevo las armas para defender su territorio y Guerrero, haciendo honor a su apellido, lucha contra los españoles a los que considera invasores.
Ya son muchos años conviviendo con este grupo para darse cuenta de que no eran seres sin alma como se les conceptuaba en aquella época. No les iba a abandonar a su suerte.

Gonzalo Guerrero llegó a sacrificar a su primogénita para acabar con una plaga de langostas
Algo similar a lo que hicieron los curas jesuitas en las misiones guaraníes de Iberomérica cuando portugueses y españoles deciden suprimirlas.
Gonzalo Guerrero les instruye en tácticas bélicas, las mismas que utilizaban los españoles y les enseña a no tener miedo a los caballos ni a los arcabuces.
Y así pasan los años sin que los soldados tomen esas tierras. Francisco de Montejo, en mayo de 1527, cruza el Atlántico con 380 soldados en cuatro navíos, para conquistar el Yucatán. Allí encuentra serias dificultades para doblegar a los nativos debido a las tácticas que empleaban.
Ven la sombra de Gonzalo Guerrero en todas partes que, ya por entonces, empezaba a ser un personaje legendario.
El final para el español renegado
El capitán Dávila va expresamente a capturarle y no hay forma de seguirle la pista ni de localizarle.
Durante una refriega atacados por los soldados al mando de Pedro de Alvarado, una flecha de ballesta se clavó justo en el ombligo de Gonzalo y le atravesó hasta el costado. Luego, un disparo de arcabuz le remató.
Era el 13 de agosto de 1536. Sus hombres le sacaron del campo de batalla y le escondieron detrás de unas palmeras.
Un informe del 14 de agosto menciona el cadáver de un hombre blanco “tatuado y vestido como un indio, pero barbado como un cristiano”. Su muerte empezó a ser mítica para unos y otros.
Los españoles denominaron a Gonzalo Guerrero como el Renegado por no ser fiel a sus costumbres
Los españoles le denominaron “El Renegado” por no ser fiel a sus costumbres y por la pasión y fiereza que demostró en las diferentes batallas.
En cambio, los mayas le empezaron a denominar el “padre del mestizaje” por ser el primero que tuvo descendencia y creó una familia con indígenas del Nuevo Mundo.
Aún hoy, algunos libros todavía dicen que el primer mestizo fue Garcilaso de la Vega que nació en Perú el 12 de abril de 1539, hijo del noble español, Sebastián Garcilaso de la Vega y la ñusta o princesa Inca Isabel Chimpu Ocllo.
Otros dicen que el primero en México fue Martín Cortés, fruto de la unión de La Malinche con Hernán Cortes y que fue reconocido por su padre, aunque tuvo que ser legitimado especialmente en 1529 por una bula del Papa Clemente VII. Para colmo, este hijo en lugar de ser fruto del amor fue fruto de una violación.
Conclusiones
Llegados a este punto, la pregunta que nos podríamos hacer es la siguiente: ¿un conquistador inglés, francés, holandés o alemán hubiera sido el padre del mestizaje? Es un hecho comprobable que España estableció, desde entonces, un nuevo modelo de población basado en el mestizaje y una legislación que defendía los derechos de los indígenas. Es lamentable que aún se hable de genocidio español.
Cuando estuve en Akumal, en el estado de Quintana Roo, vi un monumento en honor de Gonzalo Guerrero, una estatua de bronce con noble pose acompañado de sus tres hijos y su esposa. También existe una estatua en el Paseo Montejo en Mérida. Y hasta un film mexicano recrea sus hazañas: Entre dos mundos, la historia de Gonzalo Guerrero (2012). En España se le dedicó un capítulo en la serie “El ministerio del tiempo”. Algo es algo.